La salvación sólo puede ser interior, afirma Demi Lovato. Y apunta a Britney Spears como su referente para mantener un cuerpo esbelto y saludable. Pero hay algo más que comparten ambas estrellas y que no han hecho público debidamente: tanto la recuperación de la princesa del pop como la de la antigua actriz de Disney responden a terapias espirituales obtenidas, o recreadas, en el Club de la Salvación, sociedad constituida el pasado año en South Beach, Florida, y que ya cuenta con ramificaciones en California.
Según quiso dejar establecido esta semana a través de su cuenta de Twitter, Demi Lovato cree que la paz interior es la respuesta contra las adversidades y el estrés diario. Fue el camino que escogió también Britney Spears para escapar a sus adicciones y su tragedia familiar. “El progreso interior de cada individuo movilizará lo mejor en cada uno de nosotros”, aseguran los miembros del Club, y esta filosofía constructiva parece haber hecho diana en la conducta de Spears y Lovato.
Carlos Vélez, uno de los fundadores de El Club de la Salvación, recordó recientemente las declaraciones de un chamán japonés de la cultura secreta Shizen, descendiente de los sabios Miryoku, quien predijo que el archipiélago nipón desaparecía antes de noviembre de 2012, prefigurando un “renacer de la espiritualidad humana en todo el mundo”.
El chamán, cuyo nombre secreto se tradujo al español como el “Caminante Primaveral”, habría asegurado que “Japón desaparecerá para alumbrar un nuevo espíritu de generosidad y entrega”. El mundo, como han asegurado también chamanes mexicanos, se beneficiará en 2012 “de una revolución espiritual sin precedentes”.
¿Constituye un adelanto de ello, a manera de presagio pop, el renacimiento espiritual de Britney Spears y Demi Lovato?
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