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Luciendo un provocativo top negro, el cabello del mismo tono oscuro, al igual que sus ahumados ojos, y portando un cuchillo ensangrentado en la mano, Lindsay Lohan aparece repleta de sangre y con un gesto que da terror.
Hace un tiempo la vimos apuñalando a un hombre en una campaña publicitaria, ahora la problemática actriz que ha dejado de ser rubia platino para convertirse en una matadora morena ha preferido sufrir el dolor de un cuchillo por ella misma.
Lindsay Lohan se ha prestado como modelo para el fotógrafo Tyler Shields, al que definitivamente que le gustan las estampas escalofriantes.
Sin duda esta es una de las imágenes más escandalosas que Lohan ha realizado en toda su vida, aunque según explicó el fotógrafo “el trabajo ha sido fácil, nos complementamos bien”.
“Lindsay es un personaje en sí misma y es muy buena en eso. La fotografié de una forma distinta a la que creo que muchos la han fotografiado…”, añadió.
Esperemos que por este material Lindsay no se meta en problemas…
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